Por tu cara bonita. Porque siempre dices que sí cuando te hablo del Sur. Porque es más divertido si estás Úbeda. Porque el Mediterráneo acaba donde el mar de olivos deja de crecer. Porque en la variedad está el gusto. Por arbequina, picual, cornicabra y hojiblanca. Porque el olivo a tiempo sabe. Por los aceituneros altivos de Miguel Hernández. Porque aquí nadie te roba el mes de abril. Porque la tradición no se aprende en dos tardes y la tierra no se graba en USB.

Por mis polifenoles. Por las faenas de aliño. Porque salud marida con virgen extra. Por el lingote de oro de Dani García, por mirar Aponiente y ver un chef nacido del mar, por aquella tarde de verano en Denia. Por Quique Dacosta. 

Por las aceitunitas, las cañas bien tiradas y los vinos con solera. Por el spanish breakfast del día siguiente. Por las barritas con tomate y AOVE.  Pero sobre todo, por los finales de "toma pan y moja"...

Queridos Reyes Magos:

Me vais a permitir que os tutee. Somos colegas. Nos dedicamos a hacer felices a la gente. En mi caso, tres veces al día. En el vuestro, una vez al año. Pero hay que reconocer que vuestra estrategia de marketing es infinitamente mejor. Sois los padres... de las expectativas.

Dicen que formo parte de lo que denominan “marca España”, aunque casi siempre salen en la foto presidentes de grandes corporaciones energéticas, banqueros y constructores. Quizá por eso no me reconozcáis. No importa, aquí hay veces que tampoco lo hacen. Sin embargo, seguro que recordáis el inconfundible sabor del mazapán de Toledo, los polvorones de Estepa o  el turrón de Jijona que cada  6 de enero os dejan en los hogares españoles. Pues detrás de cada bocado estoy yo. Sí, ese, el de barbita  de dos días y camisa de cuadros que produce toneladas de almendra marcona, ingrediente básico para mantener desde hace más de 600 años una tradición repostera de alta calidad. Si aún no lo tenéis del todo claro preguntarle a vuestros camellos; desayunan cada mañana con alfalfa española, el “combustible” necesario para repartir ilusión en tan sólo una noche. Somos los primeros exportadores a Oriente Medio. 

Al grano. Este año os escribo para pediros una apuesta por el medio rural. Necesitamos revitalizar nuestros pueblos y para ello es necesario que la gente reciba como regalo producto local, del "terreno" como se dice en el campo. Cuando creces aquí te das cuenta que Oriente Próximo está dos calles más allá y que, gracias a ello, puedes seguir tomando café en el bar de la esquina, dar trabajo a los hijos del vecino cuando hay buena cosecha o ensanchar el tractor sin pedir cita previa. 

Hemos revalorizado la tradición para hacerla contemporánea, convirtiendo vuestro incienso, oro y mirra en aceites de oliva virgen extra, ibéricos pata negra y vinos redondos en boca. Regalos dignos de dioses al alcance del ser humano más terrenal. "De toma pan y moja", (que sé que te gusta Gaspar). No os preocupéis por repetir. España tiene una variedad y riqueza gastronómica envidiable. Además, os lo hemos puesto fácil. Decirle a vuestros pajes que busquen las siglas "DOP" e "IGP"; acreditan la calidad diferenciada y el producto local de una zona geográfica determinada. Y ya lo sabeís por otros años, siempre tendréis a vuestra disposición un tractor y remolque para ayudar con el reparto. Para eso estamos los colegas. 

Imagino que no os hace falta el listado de direcciones. Sé que vuestro GPS son las estrellas. No tiene pérdida. En el medio rural brillan más y mejor. Seguid el camino que lleva al futuro. Regalad local. 

Atentamente.

Un agricultor.

PD: ojito con los dulces navideños con almendras de California. No son los originales. 

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